Estás en pleno silencio nocturno cuando, de pronto, tu perro empieza a mover las patas como si corriera una maratón y a emitir suaves ladridos dormidos. ¿Está soñando que caza? ¿Persigue ardillas imaginarias? ¿Está en un musical canino secreto? Tranquilo, no es nada sobrenatural: los perros también sueñan, y su cerebro dormido puede ser tan activo como cuando están despiertos… ¡o más!
Según estudios veterinarios, los perros atraviesan fases del sueño muy similares a las humanas, incluida la fase REM, donde ocurren los sueños más vívidos. En esta etapa, el cerebro procesa recuerdos y emociones, lo que explica por qué tu perro puede mover los ojos, las patas o incluso emitir gruñidos, gemidos y ladridos mientras duerme. Es su forma de “vivir” su propia película nocturna.
¿Y qué sueñan exactamente? Aunque no podemos preguntarles directamente (aún), los investigadores creen que los perros sueñan con cosas que vivieron durante el día: paseos, juegos, encuentros con otros perros… o esa vez que casi atraparon una paloma. Así que si escuchas a tu perro ladrar dormido, probablemente está reviviendo su escena de acción favorita o, quién sabe, practicando su discurso de agradecimiento en los premios Croqueta de Oro.
No todos los perros sueñan igual. Los cachorros y perros mayores sueñan más, ya que su cerebro está en constante desarrollo o reorganización. Además, razas más activas o inteligentes también tienden a tener sueños más “movidos”. Así que si tu Border Collie hace maratones nocturnos mientras duerme, no te sorprendas: incluso dormido necesita tener una agenda ocupada.
Eso sí, hay una diferencia entre soñar y tener una alteración del sueño. Si tu perro se agita en exceso, se despierta sobresaltado o parece tener pesadillas constantes, es buena idea consultar con un veterinario. También si ronca como un tractor o hace pausas largas al respirar, ya que podrían ser signos de problemas respiratorios. En general, soñar es saludable y muestra que tu perro está descansando bien, pero siempre es bueno estar atentos.
Así que la próxima vez que escuches a tu perro ladrar entre sueños, no te asustes. No está poseído ni practicando teatro canino: solo está soñando con sus aventuras favoritas… o con esa croqueta que se le cayó debajo del sillón. Dale su espacio, su mantita y déjalo soñar feliz. ¡Quién pudiera dormir con tanto estilo!
