Si al acariciar a tu nuevo gato tu perro te lanza una mirada digna de telenovela, o si desde que llegó tu pareja tu peludo se interpone entre ustedes como si fuera guardaespaldas profesional, tenemos que decirlo: tu perro está celoso. O al menos, eso parece. Pero, ¿realmente los perros sienten celos como nosotros? ¿O es solo una interpretación humana de sus conductas?
Aunque los perros no sienten celos al estilo humano con complejas tramas emocionales, sí pueden experimentar una respuesta competitiva por atención, recursos o afecto, según explica la veterinaria conductual Mariana Gutiérrez. Esto se manifiesta en comportamientos como interponerse entre tú y la “nueva amenaza”, hacerse el “pobrecito ignorado” o incluso portarse mal a propósito para recuperar el protagonismo.
Tomemos el caso de Max, un golden retriever que, según su humano, empezó a llevarle todos sus juguetes al bebé recién nacido… y luego se los quitaba con delicadeza para ver si alguien reaccionaba. “Era como una mini obra de teatro en la sala”, cuenta entre risas. Este tipo de comportamientos buscan atraer la atención perdida. Y sí, son adorables, pero también son señales de que el perro necesita reafirmar su lugar en la manada.
Los celos también pueden expresarse de forma menos simpática: algunos perros ladran más, hacen travesuras o incluso marcan territorio cuando llega otro humano o animal al hogar. En palabras simples: “si él va a dormir en mi cama… yo voy a hacer pis en su almohada”. La buena noticia es que, con paciencia, refuerzo positivo y mucho amor, estos comportamientos suelen ser temporales.
La clave está en no reforzar la conducta negativa, pero sí validar emocionalmente a tu perro: dale atención exclusiva (aunque sea unos minutos al día), mantén rutinas conocidas y prémialo cuando se comporta bien frente al nuevo integrante. Y si los celos escalan o generan agresividad, es importante consultar con un etólogo o veterinario conductual.
Porque al final del día, tu perro no quiere drama: solo quiere asegurarse de que sigue siendo tu número uno (aunque ahora tengas un bebé, una pareja nueva o un gato ninja en casa). Un poco de paciencia, muchos mimos y un refuerzo de jerarquías pueden evitar que el “teatro celoso” se convierta en serie de larga duración.
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